martes, 2 de octubre de 2012

a oídas

Reunida en un restaurante con muchas personas que conozco desde hace mucho tiempo y a quienes no veía hace algunos años, escuché un pedazo de la conversación de dos "amigos". No porque no sean mis amigos, pero son conocidos, nos encontramos por casualidad, no nos buscamos.

Todos ahí estábamos ya como adultos: algunos con trabajo en Mexicali, otros con trabajo en el DF, otros trabajando en política y yo sin trabajo.

Escuché al primero de mis "amigos" decirle al segundo cómo un tercero (que no se encontraba ahí) debía pedir más dinero. El partido político en el que está el tercero ha quedado en la presidencia de nuevo, estos dos platicaban de cómo al tercero iba a ir muy bien. El primero comentaba que el tercero debía pedir más dinero o un mejor puesto, que no debía conformarse con poco sino ir por el doble. El segundo de mis "amigos" no decía mucho, nomás respondía: yo no lo veo así. El primero insistía: es que puede pedir mucho más, en lugar de 40 mil pueden ser hasta 100 mil pesos por los que se acomode. El segundo seguía sin decir si estaba o no de acuerdo. Yo pensé en que conocía al primero desde la primaria y que se había convertido en un politiquillo corrupto o eso me pareció en el momento. También pensé "y yo queriendo un trabajo que pague más de 8 mil" que es lo máximo que me han ofrecido (y eso que terminé la maestría).

Finalmente me decidí a escribir esto con la intención de invitar a las personas de mi edad, a mis compañeros de la escuela y a quienes no conozco a que no busquen exprimir sus puestos sino intercambiar sus propuestas por un sueldo decente. Sí tal vez tienen trabajo por 4 o 6 años pero tienen trabajo y tienen el tiempo para pensar en qué sigue.

Me imaginé la escena de este otro modo pero no tuve el ¿coraje? o la ¿locura? que se necesita para representarla en ese momento. Me imaginé levantándome en ese preciso momento en que terminé de escuchar 100 mil pesos, subiéndome a una silla del restaurante y empezar con un monólogo que dijera algo como esto: señores y señoras, jóvenes, les presento a un compañero de la escuela primaria, han pasado muchos años y ahora es abogado. Tuvo la oportunidad de trabajar con el gobierno, en este momento está mencionando que otro amigo que comienza con la oportunidad de trabajar en un puesto de gobierno federal no debe pedir un sueldo o un puesto que baje de 100 mil pesos, ¡100 mil pesos! ¿cuántos sueldos de estos no hay por ahí? ¡cuánto paga cada uno de ustedes que están aquí reunidos por mantener a estos tipos!

Me hubiese encantado hacerlo. Pero también me hubiese encantado haber escuchado a estos dos "amigos" discutir alguna propuesta, reforma o iniciativa; no un sueldo.

Lo último que vi de la escena en la reunión fue como el primero se fue en su carro deportivo y yo me quedé pensando ¿debo escribir algo de esto?

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