domingo, 7 de julio de 2013

somnolencia

Lucía trabaja para que yo escriba
pero yo no escribo

Lucía es mi esposo, mi frustrado marido que llega a casa cansado y lo único que quiere es dormir, arrastra los pies, la cara larga también

no le interesa el sexo
come cualquier cosa
piensa en que le gustaría tomarse un vino hasta caer dormida y olvidar que es alguien
que es alguien que quiere algo
piensa en que le gustaría fumarse un porro hasta llegar a otro lugar, hasta soñar o ser parte del sueño de otro

piensa en querer dejar de pensar

ahora escribo por ella, por mí
para dejar de ver su cara
para sustituir su cara por una hoja blanca
quiero golpearla
sentir como su cara se va de un lado a otro
quiero dejar de odiarla
ver la marca roja de mi mano
arrancarle lo muerta
despierta Lucía, despierta
reacciona
regrésame el golpe

yo no te pedí que trabajaras
yo no te pido que te encierres en esa caja como cuerpo y te entregues a la nada

Lucía me observa mientras escribo
cree que no vale la pena lo que hace

de pronto reacciona y me toma de las manos
me toca
se acerca
pero ahora soy yo la que me quito
para seguir
escribo

¿coincidir?

nuestras manos se funden
tal vez es ella la que escribe
y yo la que trabajo
tal vez sólo imagino que escribo
y nunca lo hago
y es todo lo que pienso
mientras formo parte con mi caja-cuerpo en la oficina

llega el lunes como vacío y precipicio y Lucía se lanza
cae al martes, miércoles, jueves y el viernes sensación liberación acumulación de nada
de rabia
de no ser y no ser y no ser
de ver una cara acartonada (el reflejo de una caja de cereal)
eres
soy
eres
soy

Lucía está dormida, no la vayas a despertar
está cansada de imitar a los otros
de andar por la marea de la masa
de tomar la expresión de sus caras
Lucía sonríe sólo al dormir
y sueña que no despierta y la sonrisa se alarga
suelta una risa
yo le acaricio el perfil mientras susurro que no pasa nada

Hoy me confesó que cuenta los días para ponerles un fin
entonces escribo para que confunda lo que quiere
lo que siente
lo que pasa
para que olvide eso que inventa,
y Lucía lo piensa, lo piensa y piensa hasta cerrar los ojos y volver a sonreír.







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