martes, 25 de junio de 2013

día siete

La sensación del tiempo. La sensación de estar viva es no sentir el tiempo. La sensación de la muerte es escuchar y ver cómo el tiempo pasa, sucede, se vuelve algo que hacer, algo que te detiene, algo que pesa y cargas y llevas.

Atraviesas el tiempo, te deslizas en sus resbaladillas, así son los días que no 'tienes que'.

Y cuando tienes que, los días son como escalones.

Un escalón hacia arriba que te lleva a otro hacia abajo que te lleva a uno más hacia arriba y otro hacia abajo.

La sensación de llegar a un lugar que está dentro de ti y donde tu misma cierras más las puertas.

Eres invisible.

Te vuelves una masa con tu alrededor de personas.

Te es imposible identificar a quien se encuentra a tu derecha. No es espejo es pared. Vives entre un laberinto de bloques de concreto que dicen ser personas.

¿Viven?

Has logrado coincidir con su mirada y algo brilla y te acerca pero no es nada. Entonces nada.

Tu sonrisa es falsa
Tu mirada es hueca
Tu mirada se esconde tortugas en su caparazón
Evita la realidad
Pero también adentro seca se queda sin ser capaz de sumirse donde la sangre se encuentra

¿Cuál es tu verdadero propósito?
¿Dónde se encuentra?
¿Qué haces aquí? ¿Estás aquí para llegar a tu muerte? ¿Vives para llegar a la muerte?

Utilizas tu alma, la canjeas con la realidad, la usas como crédito indefinido que puede pasar tantas veces sean necesarias. Sacias tu crédito, usas tu alma, usas tu crédito, ¿sacias tu alma?

Te invade una calma falsa, plastificada.

Eres una pequeñísima pieza del gran plástico que ahoga lo natural. Quieres reventar para dejar pasar aire pero aguantas, como todos aguantan, aguantas.

El objetivo real no es real por lo que se debe pagar por el mientras el otro recibe el dinero por aceptar que existe (el objetivo).

¿Existe una verdad? Infinita y en aumento.

Aunque parece reducido, microoscopico, de pronto entras y encuentras un todo microoscopico que tiene dentro un todo que a su vez lleva un todo dentro, indefinidamente. El tiempo sigue sucediendo y la vida y la muerte.

Estiras el hilo de un suéter que cubre casi todo el cuerpo, continúas estirando el hilo y descubres piel, y sigues y más piel y así hasta ves el cuerpo desnudo por partes. Buscas seguir estirando el hilo: paciencia, tiempo, espera.

Tal vez saldrás en unos meses de aquí, tal vez estarás por mucho, mucho tiempo.





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