martes, 16 de julio de 2013

existe, existes

Existe alguien como tú, después de: 34 días de ser la otra, llevando una incisiva soledad, admirando tus manos escribir eso que no te interesa, (y ¡a quién le importa!), en un cubículo que se encoje (como le sucede a Alacia en la casa del conejo).

Después de garabatear rápidamente una sonrisa en lápiz sobre papel aguantando el sabor en las comisuras de tus labios durante todo el día, y modular la intensidad del brillo de tus ojos (el tornique que está justo en tu sienes) para aparentar una seriedad de 'mi vida peligra si tú, compañero, no me explicas ésto de este lugar'.

Después, después, después. De ser capaz de tomar la pluma abrirla abruptamente encajarla sobre una de tus manos y asegurar que es tuya, de haber sacado punta fina (fina) al lápiz, o al sostener fuertemente las tijeras de tu compañera de cubículo (hay tantas formas de asegurar que son tus manos esas que ves, esas que escriben tanto que no tiene ni un sentido para ti), después, después:

De imaginar que te desnudas y caminas por los pasillos para saber si los demás están despiertos, o si son una especie de máquina humana (que nadie sabe) pero es lo último en empleados y los han adquirido las grandes compañías para trabajar mezclándolos con verdaderos humanos (o que se dicen humanos como tú); pero a la hora de salida, mientras tu caminas a casa, ellos abren un escape debajo de sus escritorios y se lanzan por un tobogán que los lleva a un lugar a recargar energía.

También te viste entrando a la oficina de uno de los directores (cualquiera, todos tienen sus ventanas hacia la calle) y lanzándote desde ahí, flotando los últimos minutos de vida sobre tu ataque de risa.

Y que le das un golpe con el puño derecho al hombre que saluda con un beso en el cachete, depositando todos sus labios y que se expresa diciendo 'perverso' para ser creativo y casual al mismo tiempo, cuando significa perfecto, cuando nada es perfecto y realmente todo es perverso y su estupidez aun más.

...que exigiste cambio de puesto para sustituir a la "señora de la limpieza".

...metiste un pedazo de aluminio al microondas cinco minutos antes de la hora de la comida y dos días antes de la fecha de quincena.

Después de ser feliz a partir de imaginar todo lo que no es y puede ser y aferrarte a ello como si realmente pudiera llegar el día en el que será porque serás capaz de decir, hacer y no sólo pensar.

Caminaste pensando que algún día lo harás, sonriendo un poco debajo de esa sonrisa de papel para los otros y entonces lo encontraste, a esa persona, ese alguien.

Lo viste sonriendo mientras escribía en su pequeño cuaderno, mientras volteaba hacia un lado y otro cuando lograba salirse del movimiento de su lápiz y sus pensamientos, un lápiz idéntico al tuyo.

Lo observas. Tienes que comprobar que es él. Y que eres tú en él, y ya no estás sola, pero es necesario que él te encuentre a ti también.

Solamente a través de pistas él puede encontrar que existes y tú sabrás que él existe. No serás la otra, de incisiva soledad, de perdidas y busquedas (sin acentos).

...


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