domingo, 3 de marzo de 2013

sucede

que cuando el cuerpo se vuelve carne cruda, mi cerebro flota y mis sentimientos se hacen saliva densa deseablemente escupible (ay, qué mal está escribiendo usté srita., no señorita, srita.), en las dos semanas que tienes aquí, desde que estás de regreso, los has conocido a ellos. Te imaginas que hay generaciones de ellos, generaciones completitas completas que a sus veintialgo rondan las calles de la condesa, la roma, la san miguel hasta chocar unos con otros hola qué tal mucho gusto somos amigos: chela mezcal chela mezcal mezcal chela chela mezcal chela mezcal me zzz

¿Te acuerdas de tu obsesión con ese librito?, con su autor también, querías ser su hija, su amante (guácala, palabra de tv y novelas), su personaje (sobre todo ser su personaje), su vecina. Ahora te encontraste a ellos, sí son los detectives salvajes 2012, no sabes si ya encontraste a Arturo y a Ulises. Tal vez solamente a Arturo pero a Ulises no lo has encontrado. A Arturo lo encontraste como fundido entre varios: era San, Mario, y tal vez Fede, pero creo que Fede es Madero. No importa, no importa quién es equivalente a quién. Importa que los encontraste. Crees que eres María, híjole no sabes si te gusta ser ella. Total.

Así es cómo estuvo el miércoles: tuviste entrevista a las 16 h en la calle tabasco entre mérida y frontera, saliste de casa de la Negra a las 14 h, caminaste, tomaste el metro (aunque está a 40 minutos caminando) llegaste al lugar y viste aquí es, después caminaste hasta el camellón de álvaro obregón y te sentaste en una banca a leer una de las revistas que cargabas, llevabas dos de ellas, 192 páginas por dos,  384 (tuviste que usar calculadora, qué mal). Te fijaste en las marcas que se anuncian pony, ferragamo, lacoste, otras, no te fijaste tan bien.

(quieres seguir escribiendo y no puedes tu atención se va, se va, se fue...)




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