martes, 26 de marzo de 2013

el hermano

Lo más importante para ella eres tú por eso es que ahora te escribo. Le duele un poco pensar en ti, como cuando dejas de hacer ejercicio y haces, eres el músculo que duele al día siguiente, el que recuerdas forma parte de ti, eres parte de ella. Ella se pregunta, ¿cuándo empezamos a distanciarnos?, aunque sabe que era necesario.

Se obsesionó de que te dieras cuenta de que ella es especial como si para ti no lo fuera. El único dinero que ha llegado a tener (gracias a los padres de ambos) y el dinero por el que sueña cuando gane algún concurso, o al obtener el trabajo que ahora tanto busca (y no encuentra) quiere dejártelo a ti, todo a ti.

Le da miedo conocerte en tu forma de hombre, de adulto. Le da miedo que la conozcas como mujer, como adulta. Siempre fueron niños estando juntos. Ella recuerda cuando cada uno comenzó a cerrar la puerta de su cuarto y también cuando te dejó para irse a otra ciudad, lejos de lo que ambos vivían, mientras sus padres seguían peleando. Y recuerda la llamada que hiciste justo después de esto cuando le preguntaste por qué te fuiste Lucía.

Ella quiere transmitirte lo que sabe para que nadie te lastime como la han lastimado. Ella quiere entenderte para no lastimarte como otros lo han hecho.

Me dijo que te escribiera que su más grande logro hasta hoy es haber perdido el miedo a la muerte, ella recuerda perfectamente cuando tú y su madre la llamaron suicida. Estaban los tres platicando en la cocina y fuiste tú el que hiciste el comentario de que ambos ya lo habían hablado. A ella le sorprendió pero también sonrío para sus adentros, en algún momento lo fue y por supuesto quería que su familia se enterara. Pero su no miedo a la muerte la ha liberado y por eso ahora busca algo más, ese algo que no puede ni describirse con una palabra porque aún no existe porque está en el continuo desarrollo de su imaginación, para ella el haber perdido el miedo a la muerte es ser momentáneamente inmortal.

Aún lucha con tantos otros miedos: no puede desprenderse de lo material, sabe que tu preguntarías pero, ¿para qué desprenderse?, pero a ella le afecta, o tendría entonces que aprender a que no le afectara pero no quiere. Y como éste muchos otros que te aburriría saberlos.

Te escribo porque ella no es capaz de hacerlo, te escribo aquí porque tal vez te cruces algún día con esto y pienses en ella. Recuerdes los mosaicos blancos de la cocina de su primera casa, el recorrido alrededor de la mesa de cristal del comedor mientras uno intentaba atrapar al otro, recuerdes el calendario de navidad que hizo su abuela, el mismo calendario que contenía piezas sobre cada día donde ambos se turnaban en quitar el del día que había pasado. Porque aunque su miedo ya no es morir quisiera que la recuerdes sino está viva, solo de vez en cuando.

2 comentarios:

  1. me siento identificado con lo que escribiste en este post.

    saludos, sigue escribiendo!

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  2. Hola Andrés, gracias por escribirme y por supuesto sigo.

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