miércoles, 20 de febrero de 2013

es tú culpa

C.- no es mi culpa
L.- entonces ¿de quién?, ¿mía?
C.- tal vez, tal vez no es ni tu culpa, ni mi culpa...
L.- ¿es culpa del mundo?, ¿del país?, ¿de la economía?, ¿de los otros?
C.- el problema es que te sientes mal, te sigues sintiendo mal, después de miles de rechazos, en lugar de construirte un escudo en contra de todos ellos, de los otros, te sientes mal contigo, conmigo, "ay no sirvo", "no encuentro mi lugar en este lugar", es lo mismo que te sucedía hace meses..., más otras cosas.
 L.- me pasa lo mismo por la cabeza, ¿cómo es que hay gente tan segura de sí misma si de todos modos es un invento de sí mismo?, me atacan las mismas dudas, ¿me pongo saco?, ¿tacones?, ¿me maquillo?, mejor no, me quito los cuatro aretes extras que ni se notan, ¿tomo café en la mañana?, ¿como algo antes?, tengo que ir al baño, me soplo adentro de la blusa, ensayo el pseudo-discurso: acabo de terminar la maestría, estoy buscando mi inserción en alguna institución cultural, sé que puedo aportar un verdadero valor agregado, admiro la institución en la que usted trabaja, mi inglés es muy bueno, tengo experiencia en distintos ramos de la comunicación, fui maestra de literatura, tengo 29 años, soy de Mexicali, no estoy pensando en casarme, no tengo pareja, no tengo hijos, no estoy pensando en tener hijos, claro que puedo viajar, tengo el horario disponible, idealmente me gustaría ganar..., claro, si tengo que ganar un poco menos al comienzo está bien, por supuesto yo espero su llamada, ojalá podamos trabajar en conjunto, me encantaría... me encantaría... me encan...
C.- y al salir te da lo mismo escribir o no, te da lo mismo comer o no, te da lo mismo el café, volver a casa, quedarte ahí, ser o no ser
L.- tengo que demostrar que sirvo pero no sé cómo, a veces creo que me ven como que voy a pedir mucho dinero, otras veces pienso que demuestro que no estoy convencida de querer el trabajo, pero es que en todos los trabajos es lo mismo llegas a pedidr trabajo pero no sabes ni lo que estás pidiendo, sabes que está pidiendo donde quisieras trabajar pero no sabes exactamente qué vas a hacer, me canso. Y sí trabajo aunque no es para nadie, aunque no es para ellos, los otros, es para mí pero eso está aún más imposible de demostrarlo
C.- le dijiste a la señora del metrobús que eras bailarina
L.- y me creyó
C.- le dijiste que te llamabas Yolanda
L.- a ella le da lo mismo como me llamo
C.- cuando mencionó que su hijo era coreógrafo pensé que te ibas a poner más nerviosa
L.- pero no, a veces me creo más las historias que invento que la que soy
C.- te imaginas mejor siendo Yolanda, la bailarina que entrena varias horas al día y está en espera de entrar a Bellas Artes
L.- ¡claro!, imagínate trabajando en la UNAM con las señoritas importantes haciendo programas importantes con inauguración para el fomento de la cultura en el país dentro de la máxima casa de estudios
C.- no crees que puedes hacerlo
L.- pienso que la gente importante es otra
C.- menos tú, menos yo, así seguirás en el limbo de no tengo trabajo...
L.- hasta que...
C.- hasta que, ¿qué?

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