domingo, 4 de noviembre de 2012

ser feliz

Cuando lanzas la frase: quiero hablar con el que inventó la felicidad, vinieron otras (frases) de otras personas que expresaban la felicidad está en ti, etcétera. A ti que te gusta leer, como te dicen, te deben pagar una cantidad considerable de dinero para que leas un libro de superación personal. Sí la felicidad está en ti, el vaso medio lleno, ubicarse en el ying sabiendo que hay yang, sonreír cuando amanece, irse a la cama pensando en un nuevo día. Frases de volantes que vuelan al aire de ese mismo día. Frases. Es un chicle de menta para la boca que lleva dos semanas sin tocar el cepillo de dientes y cinco años sin presentarse ante el dentista.

Tú te escribes un libro de superación personal al día (en la cabeza). Personalizas las soluciones a los problemas que cargas en ese momento de la semana. Las frases con las que alimentas tu cerebro van encaminadas a hacer de ti una persona feliz con la persona que eres y con lo que haces. Sin embargo crees que la alegría es una actitud, un llenarse de energía, rayos de sol, sonrisas y recordar algunas cualidades propias para irte presentándote ante el día.

Y la felicidad. La felicidad...

Ha habido momentos de silencio, de penetración con el alrededor, de visualizar desde otro lugar tu lugar en el mundo mientras estás: estás; esto es paz, tranquilidad, sosiego. No es la paz de estar acostada en la playa escuchando el mar. Es una paz de ser el mar. De entrar al camión, sentarte en el asiendo junto a la ventana y sentir que todo tiene una razón, un principio, un fin. Ser testigo del orden desordenado. Sentir las entrelíneas de lo que se dice, miradas que conectan, encontrarte escuchando y que te escuchen, poderte detener a observar y nada más, sin estar cansado y con cosas que hacer: estar.

Haz vuelto a tu ciudad de origen. Reconoces  expresiones de solidaridad, honestidad y respeto, o por lo menos a esas sensaciones te aferras (bien pueden existir solo en tu imaginación pero tampoco lo sabrás), las demás las tomas como parte de un ruido de fondo, polvo en la ventana que da al campo.

Lugares comunes se vuelven extraños, lugares extraños son parte de. Volver no es regresar a la tú, al ayer, al antes, sino al qué sigue. Es retomar el hilo de la historia que comenzaste, dejar de evadirte por medio de excusas de una súper conciencia atrofiada, desatarte de ideas preconcebidas y baratas que te alejan de la claridez.

Te cuestionas no porque busques provocar a quienes no han pensando lo que piensas o a quienes no les interesa. Hay muchos que sí desean cuestionarse. Tú y ellos, repito, no están aquí para levantarse armados de preguntas y ocasionar una revolución. Creen y esperan a que sus preguntas después de recorrer los kilómetros de vaguedad dentro de una cabeza sin respuesta, salgan al vuelo se encuentren con otras, salgan hasta de la tierra y caigan como una piedra en el lago, y la respuesta se expanda en ondas por todo el cuerpo y así en silencio se sienta: la felicidad.


No hay comentarios:

Publicar un comentario