jueves, 24 de mayo de 2012

mentiste

Siempre miento, es má,s aún ahorita que escribo que siempre miento también estoy mintiendo ya que no siempre miento. Sé que no lo sé detectar. Que mis verdades son tan relativas como mis mentiras para mí mism. Pero tal vez es la verdad para el otro, para mí es una mentira esto que le digo, para el otro concuerda perfecto con quien yo soy porque sólo tiene información a través de mí.

Reverenda MIERDA con la que llegas balbuceando.

Por eso te inventé Cíula, para poder salirme con la idea de que soy mejor que tú y soy la verdadera.

¿Cómo vas a sobrevivirte?

Sabes que no lo sé, que he inventando e invento excusas para aferrarme al día. Por ejemplo en este momento he decidido que debo dormir por lo tanto no muero. Cuando despierte iré al baño, cepillaré mis dientes, cambiaré mi ropa, tal vez pedalearé hasta la biblioteca y luego leeé el ensayo a medias que ya he comenzado y TODO absolutamente TODO para no morir. Cualquiera de las cosas que hago y creo (de crear) es para no morir en ese instante y no es que vaya a llegar la muerte sino invento algo pero comienza la idea de la muerte como la única posibilidad real.

Y ¿los demás?

Los demás tal vez hacen lo mismo pero no lo piensan, tal vez realmente viven, tal vez realmente han nacido con la posibilidad de vivir, de sentirse vivos cuando están su corazón palpitando. Aunque a veces creo que los demás tienen por excusa u objetivo probarle al otro el que siguen vivos. No cabrón gritan tu no me vas a convencer de estar muerto, soy yo el que te convence que puedo seguir viviendo y que debo seguir viviendo.

¿Cómo vivir y no sólo sobrevivir?

Deberíamos estar desnudos, dejar nuestras casas y jaulas y coches y miles de cajas y cuadros y límites. Olvidarnos de lo que cubre la vida, de lo que la bloquea. Volver a caminar entre caminos desiertos, entre el pasto, siempre descubriendo nunca dando por hecho. Jamás. Temerle al mundo no mutilarlo.

¿Por qué no lo haces?

Estoy tan adherida a la que debo ser que no soy y tú lo sabes, tú mejor que nadie existes y estás aquí porque a nadie puedo confesarle todo esto.

No eres feliz, nunca vas a serlo, estás atada a un cuerpo, automáticamente sedando ese cuerpo, matizando esa energía para no molestar al otro en su propio convalecer. Yo ni siquiera existo y me siento más viva que tú. Siento que he amado y que amo sin haber nunca tocado un cuerpo sin haber visto algo. Sin ser más que un sueño ni siquiera soñado. Soy el sueño que no llega a ti en las noches porque estás demasiado cansada para dormir, o estás exhausta para poder imaginarlo. Entonces sueñas los sueños acartonados de un anuncio de televisión aún si hace años no has tenido enfrente un monitor. Estás loca de vivir aprisionada en la que no eres y seguir sonriendo. Eres tan inteligente que te das cuenta que el resto de las personas son mejor que tú siendo lo que son porque son ellas y les sonríes y nos mientes.

No las conozco a todas.

Pero tampoco te quieres conocer a ti, quieres que otro te diga por ejemplo eres así.

¿Por qué me odias?

Porque me has creado para seguir con el cuento de ser la que eres porque nunca tendrás la voluntad, la valentía, las hagallas, el coraje de ser tú.

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