viernes, 11 de mayo de 2012

¿vuelves para quedarte?

Bienvenida, no no no, por favor, pongámonos de pie. Aplausos, gritos. Brinquémos. Y corramos a dar vueltas, muchas muchas vueltas a tu alrededor. Bien venida sea usted señorita Lucía, pero qué es eso que trae ahí, ¿podrá ser que es parte de la familia Buendía? ¿será que es parte de los personajes de Cien años de soledad? ¿No? ¿Por qué pregunto esto? Porque traes la puta cola entre las patas hija de puta.

L: (suspiro)

Suspira pinche perra ¿sabes qué se siente estar en una hoja en blanco completamente sola por semanas, sentir que nadie nunca va a volver, perder la puta esperanza. Todo tendrá hoy el adjetivo calificativo puta, puto, putísima ¿qué piensa usted maestra en Literatura?

L: (me estuvo esperando semanas para desquiciarse frente a mi, tomarla contra mi porque pobre no puede vivir sola)

¿Por qué me observas como si la estúpida fuera yo? Porque eso soy porque no he logrado traspasar la hoja y ni siquiera es hoja es una hoja virtual y apuesto que ni el mismísmo Mister Steve Jobs puede explicarme que esto sí es una hoja de papel. ¿No tienes algo que decir? Puta ¿No tienes algo que decirme pinche perra puta?

L: deja de insultarme

¿Por qué? Tienes miedo a sentirte odiada, a que otro te grite, a que otro te conciba como la creación de su odio. Que seas tú la mujer vuelta odio. O peor aún que tu propio odio pulse fuerte, que te reviente venas y expulse los ojos. Quien se olvida a sí mismo merece ser olvidado por el resto del mundo, de immediātus. Sabes que tengo razón, que difícilmente podrás escribir algo que me haga sentir que dejo de odiarte, donde encuentre un hilo para atraer la posibilidad de olvidar que te olvidaste de mi, de mi, de ti.


L: te extrañaba


Te extrañabas y te extrañas porque si quiera has vuelto completamente. Estás con media nalga en el asiento. Qué triste.


L: tengo algo que mostrarte, tal vez es un regalo, o es basura. Debes abrirlo y honestamente aceptarme si es de tu agrado, y sino puedes gritar todo eso que quieras de mí. Que soy una puta, que no merezco un lugar en tu hoja, que traigo la puta cola entre las patas y todo lo que ya has dicho.


Venga, quiero ese regalo.


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