sábado, 25 de febrero de 2012

comencé


La novela. Tengo tiempo diciendo voy a escribir una novela y no lo hacía. Ahora que lo hago no logro convencerme que lo estoy haciendo. Pienso más en el hecho de cómo escribir cuándo escribir sobre qué escribir; que en escribir. Parece lo mismo. Pero escribir es escribir. Pensar en escribir es hipotético. Y luego pienso de todo aquello que no estoy escribiendo. De esto no estoy escribiendo, de esto no puedo escribir en esto que estoy escribiendo. Basta. Solo escribe. Eso me digo. Eso se dice.

Sí. Está naciendo, poco a poco: un alter ego. Esa que soy cuando escribo. En la que me convierto. Cuando no debo ser yo para ser la yo que solamente escribe. A la que tengo meses masticando su nombre. Mi nombre. Su nombre. Cíula. Quién es Cíula. Quién soy. Es por mucho mejor que Lucía y por mucho una mujer terrible. Por terrible entendemos majadera, despistada, libertina, hija de puta, asexual, atea, ingenua e ingeniosa, creativa, rebelde, honesta, enamorada. Es lo peor y lo mejor de mí. Soy lo peor y lo mejor de mí. Eres. Esta es Cíula. Yo. Ella. Tú. Yo soy Cíula y estoy escribiendo una novela. La primera en mi vida. En nuestra vida. Si yo no escribiera yo no existiera y punto. Esa es Cíula. Esa soy. Cíula. Mucho gusto. Hipócrita. Siempre. Altanera. Mentirosa. Verdadera. Ella. Yo.

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