jueves, 1 de agosto de 2013

los lugares de Laura

Laura G. vive en cuatro lugares:

1. Entre las sábanas. En sus sueños. En esa otra que no puede verse en el espejo pero anda por las calles de noche y no sabe exactamente lo que hace pero algo hace y siempre despierta al mismo día.

2. En la nebulosa que va de una tarea a otra. Levantarse para sentir el agua fría para prepararse la comida  para maquillarse y ver sus ojos en un espejo diminuto, escuchar los cláxones, el silencio, los comerciales, sus propios pensamientos, más cláxones, y más silencio, alguna canción hasta detenerse y salir de su nebulosa-auto.

3. En un rectángulo, como caja de zapatos, pero no es de cartón sino de alguna tela con marcos de metal, frente a una pantalla, una luz que irradia todo sobre ella mientras irradia nada de vuelta. Y lo que hace es tc tc tc tc tc tc tc, a veces al ritmo del segundero de su reloj, a veces más rápido, a veces muy lento. Y cuando alguien le llama ‘Laura’, es como si le hablara de algún lugar lejano, desde la duna de algún desierto, pero la sedienta y cansada es ella. Por un momento detiene sus dedos, detiene el tc tc tc tc, y piensa -la voz de la duna en el desierto se acerca y la sorprende- ‘Laura no estás sola y necesito esto’, entonces Laura sonríe como si fuera a recibir alguna recompensa, la voz se marcha, y ella vuelve a la pantalla que la absorbe como un sol que todo lo abrasa, hasta su alma.

4. Llegada la hora Laura se enfrasca dentro de un contenedor de plástico cuadrado donde se hunde entre el arroz rojo y carne dura con salsa que ella misma preparó. Le caen como avalancha todos los pensamientos contenidos de aquel día, los sonidos de la calle, el sueño, ella, el hombre en el desierto, la pantalla que irradia y absorbe. Y la avalancha está hecha de arroz rojo que la ahoga, inundando sus pensamientos en lo más adentro de ella.

3. El rectángulo, la pantalla, tc tc tc tc tc tc, pausa, tc tc tc tc tc tc tc. Shut down.

2. Laura sale de nuevo a la nebulosa, un espacio lo suficientemente grande para albergar a toda una familia para irse de paseo al bosque o a la playa o al cine, pero ella va sola, camino a su departamento, a ese espacio más grande donde contiene todas las esperanzas que ella misma guarda, la esperanza de cambiar, de ser, de llegar, de obtener, de ser, de ser, de ser.

1. De regreso entre las sábanas. De vuelta a sus sueños, a unas manos que son de ella pero no reconoce de inmediato. Al no espejo, al no reflejo. A la no ella. Y al sonido que la regresa al mismo día.


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